El hecho de vivir en un país ajeno al tuyo...
El hecho de vivir en un país ajeno al tuyo te trae experiencias nuevas ya sean buenas o malas. Cuando llegué a España sólo con mi madre por primera vez (porque mi padre había venido un año antes que nosotras) lo veía todo muy extraño: nuevas costumbres, gente distinta, etc. Al principio se me hizo un poco difícil acostumbrarme al horario, porque con Ecuador hay una diferencia de 6 ó 7 horas, pero luego ya me acostumbré.
Yo llegué aquí en verano (junio), con tan sólo diez años, y en septiembre mi madre me fue a inscribir en el colegio Sagrado Corazón, en el cual estudié quinto y sexto de primaria. Los primeros días que fui al colegio no conocía a nadie, pero me recibieron muy bien; hice amigos y me integré con los demás rápidamente. Al principio se me hizo un poco difícil los estudios, pero luego ya le cogí el ritmo y sacaba muy buenas notas. Con las amigas que tenía salíamos por las tardes y así fui conociendo poco a poco Molina de Segura. Mis padres me preguntaban si me gustaba, yo les decía que sí, pero echaba de menos mi familia, mi país, etc.
Aprobé quinto y sexto de primaria sin ningún problema y me inscribí en el IES Vega del Táder, ahí fue donde todos los de mi clase nos separamos, aunque la mayoría de las chicas fuimos a este instituto, pero a diferentes clases. Poco a poco he llegado hasta cuarto de la ESO, con nuevos y nuevas compañeras/os. Ahora en mi clase casi todos nos llevamos bien, aunque el año que viene cada uno se irá por su camino.
Espero que me siga yendo tan bien como hasta ahora, y a ver qué pasa en un futuro. En los momentos de fiestas familiares, como por ejemplo en Navidad, es cuando más echo de menos mi país, Ecuador, al cual espero ir a visitarlo el año que viene, después de casi siete años. Vivir todos estos años en España ha sido una buena y nueva experiencia para mí.
Catherine Velastegui Calderón. Ecuador.
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