Blogia
entretodos

¿Quiénes somos?

Presentación de María del Mar

Una presentación no debe ser tarea difícil, tan sólo descubres que lo es cuando intentas hacer la tuya; esta es la situación en la que me encuentro. En primer lugar, ofrezco los típicos datos que tan acostumbrados estamos a aportar en las diferentes dependencias administrativas:

Fecha de nacimiento: 18-09-1980

Nombre: María del Mar

Ciudad: Elche

Profesión: Profesora de Lengua Castellana y Literatura.

No sé si estos datos ayudan a conocerme algo mejor, imagino que el contexto social y cultural determina ciertas características comunes a todos... Pero que esta presentación esté inserta en un blog sobre Interculturalidad, te puede ayudar mucho más. Mi mezcla de culturas viene marcada desde la cuna: mi padre murciano y mi madre valenciana. A partir de ahí, la privilegiada educación en un colegio del campo donde éramos once alumnos (cada uno de un curso) en una única aula; me ha facilitado ver la interrelación de las culturas como un enriquecimiento equiparable a años de estudios en la más selecta de las carreras universitarias.

Una meta: conseguir que las siguientes palabras de García Lorca, referentes a la "Conquista de Granada" en 1492, sean consensuadas, hechas propias, por la mayoría de las personas:

"Fue un momento malísimo, aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza únicas en el mundo, para dar paso a una ciudad probe, acobardada."

Hola. Yo soy profesora en la Escuela Superior de Arte Dramático. Dedicarse al teatro te hace ver que hay muchas formas de comunicación y que a través del respeto y la curiosidad, la interculturalidad es algo que solo nos puede enriquecer como personas. Además hice un master para la enseñanza del español como lengua extranjera. El cambio de perspectiva es muy interesante porque he pasado bastante tiempo de mi vida aprendiendo otros idiomas (italiano, portugués, inglés). He vivido un año en Inglaterra, dos en Italia, seis meses en Argentina y cuatro en Lisboa. Mi padre es arqueólogo y con él hemos viajado por todo el mundo. La mezcla de todo eso es lo que soy ahora. No hace falta irse tan lejos para vivir la interculturalidad es algo que he aprendido en Murcia. Solo hace falta querer verlo, querer vivirlo.

Mi nombre es Belén y considero que este mundo ya ha pasado por demasiadas segregaciones, demasiadas clasificaciones entre los buenos y los malos, los listos y los tontos, los negros y los blancos... Cualquier cosa que nos haga pertenecer a un grupo nos desliga de los otros, nos aparta, nos diferencia. Pero lo cierto es que en esencia todos somos iguales, todos tenemos anhelos parecidos, deseos, sueños, ilusiones...

Me considero ciudadana del mundo y desde ahí me relaciono con el entorno y con las personas que me rodean. Creo que podemos conseguir entre todos un mundo más justo y con una mirada más limpia, más profunda y menos superficial, menos basada en las apariencias físicas, en los prejuicios sociales.

Ojalá y este espacio nos sirva para abrir un poco más la mirada de todos los que formamos este planeta, seamos de donde seamos o mejor dicho habitemos donde habitemos, porque nuestra nacionalidad no deja de ser algo accidental.

Llevo diecisiete años trabajando en un centro de enseñanza secundaria, y a lo largo de este tiempo he tenido alumnos de distintas nacionalidades. Me dedico, además, a la enseñanza de idiomas, y siempre he intentado acercar a mis alumnos no sólo a la lengua objeto de estudio, sino también a la cultura y civilización subyacente a dicha lengua. Creo, por tanto, que soy sensible a esto que llamamos “interculturalidad”.

La mayoría de alumnos que he tenido de otras nacionalidades, culturas o razas, a simple vista, parecían totalmente integrados con el resto de sus compañeros, pero en  momentos de tensión, he podido apreciar que estas diferencias no están tan superadas, ni los alumnos tan integrados, y que se les ha dado un trato distinto  a los demás. Es necesario  hablar de esto, si queremos que las diferencias ni separen ni discriminen.

                                                                                                        

            Nací ya después de que las malas lenguas o las mejores mentes para la ficción idearan lo de que el hombre había llegado a la Luna. Nací después de que Pelé pasase por México, con lo que no lo recuerdo aunque sí lo conozca. Y Bob Beamon ya había volado tanto que hubo de pasar siglos antes de que nadie llegara más allá.

 

            Mi regalo fue el Nobel de Literatura a Pablo Neruda, de ahí mi devoción a las odas más elementales y a los versos que un día dejó aquel capitán que se fue. De ahí un verso de Sabina, y de Sabina a Serrat, y de Serrat a Ismael Serrano. Pero mejor, la poesía que la música.

 

            Willy Brandt mi referente político y la posibilidad de que un partido de izquierdas llegara tras tantos años al poder de la mano de un andaluz que cuando pisó Madrid no sabía utilizar los cubiertos de pescado, dicen. Y que no nos defrauden.

 

            Tuve que vivir contra Mario Conde y la especulación inmobiliaria. Descreí de los que creían en las guerras como forma de resolver los conflictos. Aunque mis descreencias vienen de mucho antes.

 

            Nací crítico y heterodoxo. Eso no es ni bueno ni malo. Alguien dijo de mí eso de que “tú es que lees demasiado”. No estoy dispuesto a dar mi brazo a torcer. Cuando descubrí el Quijote me di cuenta de muchas cosas. Mi primera edición fue infantil, abreviada, con dibujos. También ahí conocí a Verne, a Dumas, a Juan Ramón. Luego seguí coleccionando y leyendo Quijotes. Y sigo convencido de que esto lo cambio yo. Aunque ahora ya no me creo Dios.

 

            Con los tiempos y los años vas abandonando la lírica y la dramática. Ahora estoy más en la épica, si es que aún quedan héroes cuyo corazón es blanco pese a sus manos manchadas de sangre. Y estoy en el ensayo.

 

            Sin proponérmelo despierto pasiones y odios. Pero suelo tener a gala no hacer caso de las loas y tomar con distanciamiento las críticas. Ni unas ni otras dicen quién soy.

 

            Sé que todos somos demasiado iguales. Por eso la mano de Dios estaba en un argentino. Pero Argentina será siempre Borges que dio una conferencia el mismo día y a la misma hora en que se jugaba la final del Mundial en su país. Somos demasiado iguales y hay que hacer esfuerzos para buscar las siete diferencias: los ojos que ven esta noche la luna están rodeados de una piel negra y entre una historia de Almodóvar y una de Murakami no termino de ver diferencias si nos revuelven las “frenes” (así lo decía Homero, ¿verdad?).

 

            Mi autobiografía sería tan larga como mis memorias, pese a que no tengo recuerdos sino ficciones. Gustos: lectura, sellos, cine, fútbol… Una comida: cualquiera. Una bebida: agua (y café). Un día: hoy. Un secreto: casi me cuesta una enfermedad escribir mi presentación. Profesión: docente.